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Las personas contagian su estrés laboral a sus perros (y cada vez hay más perros con ansiedad)

Las personas contagian su estrés laboral a sus perros (y cada vez hay más perros con ansiedad)

Última actualización del articulo el día 02/07/2025

La psicología ha demostrado que el estrés derivado del trabajo puede trasladarse a otros miembros del hogar: este fenómeno—conocido como crossover—está bien documentado entre cónyuges e hijos.

Hay diversos estudios que ya han mostrado cómo las personas pueden contagiar su estrés a los perros y ahora investigadoras de la Universidad de Radford y de Wisconsin-Madison han constatado que la rumiación laboral -darle vueltas a problemas del trabajo fuera del horario de trabajo- afecta igualmente a los canes.

Paralelamente, la aseguradora Trupanion documenta un fuerte aumento de las reclamaciones veterinarias por ansiedad: +93 % en seis años y más de 25 000 expedientes solo en 2024.

85 personas, (67 % mujeres) empleadas que convivían con un único perro participaron en el estudio a través de diversas encuestras online. 

A nadie le sorprenderán las conclusiones del estudio, sí, hay contagio emocional entre las personas y sus perros: el estrés laboral más allá del horario de trabajo tiene efectos claros y negativos en el comportamiento de los canes; aumenta su estrés.

Según las autoras, la rumiación podría reducir la atención del tutor hacia el animal o intensificar las señales emocionales negativas que el perro capta, incrementando así su estrés.

También señalan una discrepancia entre lo que las personas perciben y los indicadores conductuales objetivos, lo que sugiere limitaciones en la capacidad humana para detectar malestar canino. Esto es algo que también se ha constatado en multitud de estudios: muchas personas no son capaces de identificar cuando sus perros están estresados o tienen miedo.

Este hallazgo amplía el concepto de crossover más allá de las relaciones humanas y subraya la importancia de considerar el bienestar de los perros en el contexto del trabajo humano.

En paralelo, los datos que han compartido desde Trupanion, una aseguradora de animales en EEUU, aunque no estén directamente relacionados con lo anterior se pueden analizar desde esa perspectiva: las reclamaciones de salud de los perros vinculadas a la ansiedad han aumentado exponencialmente, hasta un 150 % en ciertos estados desde 2019.

Entre los comportamientos caninos asociados a la ansiedad están el jadeo o la vocalicación excesiva, esconderse o aislarse, temblores o cambios de coducta, cola entre las patas, cambios de apetito...La lista es larga y compleja, no es algo que pueda diagnosticarse a partir de síntomas aislados sino contando con el apoyo de un etólogo o de un educador canino respetuoso.

Desde Trupanion recalcan que sus datos no significan necesariamente que los perros (y gatos) sufran cada vez más ansiedad, también puede ser que las personas prestan más atención a este problema.

Pero es complicado que si los humanos estamos cada vez más estresados esto no se contagie a nuestros perros, los seres que más cerca nuestro suelen estar -y los que tan bien nos leen, aunque nosotros no les devolvamos siempre ese favor. Otra razón de peso más para intentar parar y desconectar, para dedicar tiempo a solo pensar en el bienestar de nuestros peludos olvidando todo lo demás.

 

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