En España se calcula que hay aproximadamente 400.000 personas con trastornos de la conducta alimentaria, de las que más del 75% son jóvenes de entre 12 y 24 años de edad.De ahí la importancia del programa y del estudio piloto que se han desarrollado en el Instituto de Psiquiatría del Hospital Clínico San Carlos de Madrid gracias a la colaboración de Dogtor Animal, Fundación Diversión Solidaria y Purina.
El objetivo del estudio, aclaran desde la Comunidad de Madrid, era conocer los cambios emocionales que un programa de ocio asistido con perros pudiera obrar en pacientes adultos diagnosticados de trastornos de la conducta alimentaria. Y también comprobar si estos cambios generan, a su vez, mejora de los síntomas específicos del trastorno de la conducta alimentaria como la ganancia de peso, la mejora de la alteración en la percepción de la imagen corporal y la mejora de la calidad de vida en general de los pacientes.
En el programa han participado 19 pacientes con edades comprendidas entre 18 y 35 años -el 90% mujeres- con diagnóstico de trastorno de la conducta alimentaria y que se encontraban en tratamiento psicoterapéutico en el Hospital de Día de Psiquiatríadel Clínico San Carlos.
Las actividades, diseñadas e implementadas por el equipo de Dogtor Animal,se centraron en habilidades sociales, autoestima, inteligencia emocional y bienestar físico y emocional.
Cada sesión, a lo largo de seis meses, ha girado en torno a la interacción con los perretes Lia, Jango o Dollar utilizando técnicas como modelado, refuerzo positivo y diálogo socrático.
En este caso, a través de la jerarquía de necesidades del perro de Linda Michaels, una estructura que destaca las necesidades fundamentales que deben ser satisfechas para garantizar el bienestar y la salud emocional de los perros, se ha tratado de conectar con las necesidades de las participantes humanas, buscando reeducar y fortalecer su relación con la comida y consigo mismas.
Las sesiones se han realizado en grupos de cinco y seis personas cada uno para facilitar una mayor interacción entre los pacientes, el perro y los profesionales: un terapeuta ocupacional, una psicóloga y una técnica en intervención asistida con animales.
¿Los resultados? El estudio ha demostrado que aumenta el estado de ánimo, la calma y la alegría mientras que se reduce la tristeza, el miedo y el agobio
Según las escalas y cuestionarios estandarizados utilizados, los investigadores han observado “una mejoría en el estado de ánimo y en la alteración de la percepción de la imagen corporal de los pacientes después de las sesiones, al tiempo que los niveles medios de tristeza, ansiedad e ira disminuyeron, mientras que aumentó el nivel de alegría”, según señala la jefa de sección de Psiquiatría del Hospital Clínico San Carlos e investigadora principal del estudio, Marina Díaz-Marsá.
Y, según constatan por su parte desde Dogtor Animal, ha habido cambios emocionales positivos en más del 58% de los casos. La presencia de los animales ha funcionado como catalizador para generar vínculos, calmar estados de ansiedad y humanizar la experiencia hospitalaria.
"El proyecto ha sido precioso, de esos que te tocan el corazón", nos explica Vanessa Carral, psicóloga sanitaria y Directora de Dogtor Animal, la entidad responsable del diseño y ejecución del trabajo de intervención."Ha sido una experiencia transformadora para muchos de los pacientes y para nosotras también."
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