Los datos que comparten desde la FVE, la Federación de Veterinarios de Europa, son claros y tremendos: el 79% de los perros que se venden en Europa provienen de fuentes desconocidas.Son 4,75 millones de perros con un valor de más de 3.600 millones de euros.
Se sabe que miles de perros (y muchos más gatos) son abandonados cada año en toda Europa. Muchos son víctimas de accidentes, enfermedades y negligencia. Los más afortunados son rescatados y acogidos por protectoras y luego adoptados pero a menudo, ni siquiera se sabe de dónde provenían y por lo tanto tampoco hay a quién exigir cuentas por esos abandonos.
Sin una identificación y un registro obligatorios, los gatos y los perros seguirán siendo tratados como artículos descartables: imposibles de rastrear y fácilmente abandonados a su suerte.
Esta es la tajante reflexión que une a la mayoría de organizaciones de veterinarios en Europa: han enviado una cara pública a la UE para que se avance en este sentido.
Porque, aclaran, aunque desde el Parlamento Europeo se ha abogado por esta medida desde hace años, la legislación que está ahora mismo contemplándose desde la Comisión Europea se queda a medio camino y no resolverá el problema.
La única forma de acabar con la cría ilegal es que todos los perros y todos los gatos estén identificados y registrados.
En España, la Ley de Bienestar Animal también aboga por la máxima trazabilidad como medida para acabar con la cría irresponsable y el abandono. Aún no se ha puesto en marcha ese registro centralizadopero el Ministerio de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030 en colaboración con los gobiernos autonómicos ya está trabajando en ello.
Desde Europa, los veterinarios recuerdan las ventajas de que esto se haga para toda la UE:
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